Miso: ¿qué es, qué propiedades tiene y cómo se usa?

Miso: ¿qué es, qué propiedades tiene y cómo se usa?

Utilizado como condimento para sopas y caldos, pero no solo, el miso es un ingrediente excepcional con innumerables propiedades.

En Asia, el miso representa un plato de culto de la tradición culinaria, omnipresente en las mesas a la par y quizás incluso más que nuestra pasta. Llama la Cocina japonesa y suele frecuentar sus restaurantes, seguramente habrá notado cómo los menús siempre ofrecen sopa de miso, sobre todo como apertura de una comida, como si de un aperitivo se tratase. Pero, ¿qué es específicamente el miso? ¿Y por qué es tan preciado en Oriente y en particular en Japón, pero no solo ahora?


Qué es el miso

El miso es un condimento muy, muy antiguo, de todo origen natural y derivado de fermentación (hasta dos años de duración y operado por el hongo Aspergillus oryzae) de soja amarilla y sal marina, a la que se pueden añadir cereales como la cebada y el arroz. Por lo tanto, el miso puede estar compuesto solo de soja (Hacho miso), soja y cebada (Mugi miso), arroz y soja (Kome miso).

La apariencia de Miso es la de una "pasta" marrón que recuerda al clásico común y occidental. nuez vegetal, también para el método de uso. los sabor sabroso y muy aromático de miso lo hacen ideal para enriquecer muchos platos, pero son sobre todo las cualidades y los grandes y numerosos beneficios del miso los que en Japón han acuñado la expresión "miso sae areba", "todo está bien mientras haya miso".


Miso: propiedades y beneficios

El miso es rico en muchas enzimas y enzimas vivas (como el yogur), convirtiéndose así en un valioso aliado para el bienestar intestinal, para mejorar la digestión y fortalecer la flora bacteriana autóctona.

El miso es un alimento excepcional por su alto contenido en todas las proteínas vegetales, por tanto sin el aporte de colesterol y grasas animales, lo que lo hace apto para prácticamente todo el mundo y en especial para vegetarianos y veganos. En concreto, las proteínas son de alto valor biológico y muy digeribles, pero no solo: el miso contiene 8 aminoácidos esenciales. No está mal, diría yo.

No solo proteínas: el miso es también un concentrado de sales minerales que equilibran el metabolismo y perfeccionan el aspecto de la piel y el cabello, vitaminas grupo B, que tienen una acción protectora sobre el tejido nervioso y epidérmico, y tienen una fuerte acción alcalinizante, dada por la abundancia de Calcio, Magnesio, Sodio. Además, la acción alcalinizante del miso también es ideal para contrarrestar una dieta particularmente ácida o demasiado rica en carne.

El contenido de lecitina y ácido linoleico confiere al miso la función de "barrido" de los vasos sanguíneos, favoreciendo la disminución de los niveles de colesterol en sangre y el riesgo de enfermedades ateroscleróticas. Para ello, el miso se puede utilizar fácilmente en la dieta de los pacientes cardiacos o para la prevención de ictus. El alto contenido de sal, por otro lado, lo hace inadecuado para su uso en caso de hipertensión.

Miso de soja, arroz y cebada: características y diferencias

Como hemos dicho, el miso es un aromatizante que se obtiene de la fermentación de la soja y/o cereales. Por lo tanto existen diferentes tipos, los más utilizados son:


  • miso de soja: es miso puro producido solo con soja y sal, tiene un sabor intenso y es muy salado. Es el tipo de misio más difícil de dosificar y utilizar en recetas, por lo que se aconseja añadirlo de forma paulatina a los platos;
  • Miso de arroz: es el tipo de miso más popular y se produce con soya y arroz, tiene un sabor más ligero que el miso de soya y se usa para la preparación de salsas, aderezos y sopas;
  • miso de cebada: elaborado con sal, soja y cebada, tiene un sabor delicado. Es el miso por excelencia, de hecho se utiliza para la preparación de la clásica sopa de miso.

Miso: cómo usarlo en la cocina

El miso se suele utilizar además de platos calientes como sopas, caldos, risottos, pero también para la preparación de salsas (disolviéndolo con un poco de agua caliente o caldo) para resaltar el sabor de la carne y el pescado.


El consejo es usar solo una cucharadita (es más que suficiente) e incorporarlo al plato al final de la cocción, hasta que se derrita: es importante que el miso no se hierva para evitar la pérdida de sus enzimas vivas, prefiriendo el de origen biológico al miso pasteurizado. Llegados a este punto... ¡disfruta de tu comida!

Miso: contraindicaciones

La principal contraindicaciones del miso se deben al alto contenido en sal, y por lo tanto en sodio. Por ello es bueno prestar atención a su consumo sobre todo en caso de hipertensión o problemas de riñón. Además, el miso podría agravar los síntomas de gastritis y, por lo tanto, empeorar la acidez estomacal. En estos casos es recomendable añadir una pequeña cantidad de miso y evaluar su tolerabilidad individual.

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